®Mariana.
17.01.2023
¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha! Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada. ¡Eterno resplandor de una mente sin recuerdos! Cada rezo aceptado, cada antojo vencido. -Eloisa y Abelardo- Alexander Pope
®Mariana.
17.01.2023
Porque el mundo ha sido construido para dos, dime
entonces como se supone que debo continuar. Porque no quiero que el mundo me
vea, porque solo quiero que veas quien soy. Te espero en el horizonte, donde se
juntan el cielo y el mar.
Porque tengo miedo estoy acá parada frente a ti. Porque
tengo miedo empiezo a temblar. Porque tengo miedo mi voz se entre corta.
Porque tengo miedo derribo los muros que levante. Porque
tengo miedo mis palabras se mezclan.
Porque tengo miedo te muestro mis cicatrices, las que
marcan la piel y las que te arañan el corazón. Tengo miedo y sigo parada frente
a ti.
Porque tengo miedo a perder otra vez, te digo lo que
siento. Porque tengo miedo te cuento de mis lágrimas y mis derrotas.
Porque tengo miedo te presento a mis demonios. Tengo
miedo porque quiero que me conozcas y no salgas corriendo en el intento.
Tengo miedo de que mis delirios y mis fantasías te
ahuyenten. Porque tengo miedo estoy parada aquí.
Porque tengo miedo te dejo entrar en mi vida. Porque
tengo miedo, estoy nerviosa y las rodillas se me alojan.
Tengo miedo porque cada emoción está latiendo en mi
cuerpo. Tengo miedo porque vi mi sustento en tus ojos.
Porque tengo miedo de perderme y perderlo todo. Porque
tengo miedo al roce de tu piel. Porque tengo miedo de extrañar el calor de tus
labios.
Tengo miedo a la certeza que contienen mis sueños. Tengo
miedo de caer en la trampa de sentir que hay algo eterno cuando te miro a los
ojos.
Porque tengo miedo no sé cómo entregarte la vida pero
tampoco sé cómo vivirla sin ti. Porque tengo miedo quiero que te quedes a mi lado.
®Mariana.
13.01.2023
Todas las noches me voy acostar sobre un oscuro agujero
con la soledad respirándome en la nuca, que me traga y voy cayendo en espirales
de dolor y angustia.
Me levanto cansada, repito una rutina que no tiene
sentido. Me siento a desayunar mientras corre por mi cuerpo una sensación, unas
ganas muy terribles de llorar y sin aviso me encuentro llorando.
Me aleje de todo y de todos. Construí muros a mí
alrededor. Apague las luces y cegué a mi corazón. Me subí a una nube negra y
miré a todos desde arriba, mientras ellos hacían su vida yo soñaba con amores
locos, historias de pasión, soñaba otros mundos que dejan de existir cuando mis
ojos se abren, cuando tus ojos se abren.
Como un faro en la oscuridad busco una salida. Trato de
encontrar una luz, tu llama, tu calor, tu alma. Algo que me dé esperanzas para
poder abrir los ojos cuando llegue el amanecer y la noche tan oscura deje de
doler.
Empecé alejándome para que nada ni nadie pueda hacerme
daño. Me encerré en mis sueños que eventualmente se trasformaron en pesadillas.
Caminando bajo un cielo gris sintiendo su fuerza bajando
sobre mi espina dorsal, acumulando el peso de la vida sobre las caderas y mis
piernas adormecidas de tanto andar.
Trato de convencerme que no desperdicié mi tiempo
buscándote, olvidándote y volviéndote a buscar. Sintiendo que no te voy a
encontrar nunca. Se me rompieron las alas. Deje de sentir emociones. Deje de
sentirme libre y quede prisionera de mis ilusiones, trasforme la percepción de
mis sentidos y me perdí. Salte por la cornisa de mi locura, caí en un tren que
cada día se aleja más y más. Ya no sé si es el recuerdo del recuerdo lo que me
va quedando.
Y me iré para no verme más. Persigo a mi risa que se fuga
de prisa y la agonía te vuelve a dominar. Hice un pacto para vivir sin angustias
penas ni glorias, pero sigues siendo mi dios, te veo me sonrojo y tiemblo. No sé
en qué momento me perdí, se fue dando de a poco hasta que no supe para dónde
ir. Y las mañanas exigen clemencia cuando pasaron tantas cosas y no quiero
acordarme de nada solo me doy por vencida de los sueños en donde te toco. Me
olvide del mundo y el mundo se olvidó de mí y ahora no sé qué hacer. Como
recupero el tiempo. Cómo vuelvo atrás para no tomar esas decisiones que me
llevaron a donde estoy hoy.
®Mariana.
15.01.2023
Con el mundo apagado
y la piel encendida detuvimos el tiempo en las manos sin saberlo.
Y maldigo aquel día
en el que rozaste mi piel.
Y maldigo tu
indiferencia que dejaron a mis lágrimas presas entre las pestañas.
Siempre seremos
fugitivos de un destino que siempre tiende a eludirme. Prófugos del tiempo.
Prófugos de la vida. Prófugos del viento. Prófugos del corazón. Prófugos de la
razón.
Por dónde empiezo?
Un rompecabezas que
ya no tiene sentido. Tratando de escapar de un azar que sin querer me lo
decrete.
Simplemente dime lo
que piensas, dime lo que has vivido. Dime lo que sientes. Me gusta todo lo que
eres y un poco más también. Tu mirada me saca del infierno y todo parece más
simple. No sé qué hacer, la vida me late y no sé qué hacer y busco lo primero
que calme mi sed y voy cayendo en espirales de dolor y placer.
Hoy te vi y tu mirada
se me clavo como una bala en el pecho. Hoy te vi y tu perfume me esta acechando
en cada maldita esquina Será la dirección errante de mis pasos que siempre te
veo caminar a otro compás??
Siempre logras
aparecer cuando logro dejar de pensarte, cuándo ya creo que me olvide de ti. Y
así de la nada te me apareces con un abrazo, con un mensaje, con un “hola”, una
charla, hasta que vuelves a desaparecer dejándome en vilo, colgada de este
sentimiento tan absurdo como lo somos tú y yo…
Todos los días
renuncio a tu juego pero sigues ahí, a la vuelta de la esquina.
Y todo esto es solo
un trastorno de mi percepción. Pero sigo porfiada deseando mi infierno,
transpirando el pasado y caminando entre desastres y prisiones. Noches que no
llegan. Miradas que desvelan. Ríos revolucionados. Sangre alborotada. Corazones
galopantes. Fuego en los ojos. El silencio del ruido. El silbido del viento que
me susurra al oído. Eres lo más cerca que estuve de tocar el cielo.
Y esta noche solo
somos tú y yo. Esta noche no puedo dormir ni soñar hay una voz dentro de mi
cabeza que no para de gritar “te extraño”. Cada vez que el sol cae te dejo
tener el control y mis malos hábitos me conducen hacia ti. Sabes que cuando
estas cerca mio no puedo decirte que no y ahora no puedo escapar.
®Mariana.
20.08.2022
La
forma en que sonríes, la forma en que caminas, el tiempo que te tomas. Nunca
había soñado que conocería a alguien como tú, sentía que nadie podía salvarme
excepto tú pero eventualmente me termine equivocando.
Que
juego tan perverso y peligroso jugaste que me hizo sentir así. Un juego tan
inicuo que incluso todavía hoy subyaces en mis más profundos sueños.
Y
cómo se supone que debo seguir adelante después de eso? Y dime, cómo hago?
Mi
mente no puede escapar de tus fantasmas parece. A veces deseo encontrarte una
vez más, otras veces solo deseo nunca haberte conocido.
La
forma en la que me miras, la forma en que te ríes. Recuerdos tan vivos como si
fueran de ayer.
Nunca
había soñado que me enamoraría de ti, ni que años después seguiría soñando contigo.
Tremendo juego que jugaste no?
No
puedo sacar todos estos recuerdos de mi mente, malos hábitos que quizás debería
cambiar porque si no empiezan a revolucionar mi cordura.
Inestable, enajenada y caprichosa
te vi bailar en la noche, se detuvo el tiempo y a mí me gustó tanto tanto. Estoy
un poco ansiosa y se termina el día, ando buscando un poco de tus amagues y
tiroteos, un poco de adrenalina.
Te descarrilaste por la
tarde y te apareciste en el umbral de la puerta de mi habitación, te acercaste
y pude sentir el calor de tu cuerpo, vi tus ojos rojos, percibí la humedad de
tus labios y el deseo en tu aliento.
Tu corazón se aceleraba cada
vez más y te atreviste a usar tus instintos conmigo, apreté tu cuerpo contra mi
cuerpo, hundiste tus dedos en mis caderas y me encontré acorralada en la cama
contigo encima de mí. Te desgarré la ropa mientras hacías lo mismo con la mía.
Tus ojos se prendían fuego y mi piel se erizaba. Tu respiración agitada se
sentía entre mi nuca y mi oído. Dejaste afuera tus culpas y arrepentimientos,
no te importó haberte extraviado esta tarde y echaste a tu suerte al azar. Me
besaste con todas las ganas de lo clandestino, de lo censurado, transpiraste en
deseo y placer, y bebiste del cáliz prohibido.
No parabas, una y otra vez te olvidaste del mundo, una y otra vez. Cabalgue montes y montañas, sudé ríos recorriéndome la espina dorsal con hambre de carne lasciva y sed de lujuria, penetraste mis inseguridades y mis miedos.
Te devoré con ganas
atrasadas, con adrenalina acumulada y deseo hacinado como si fuera la primera última
vez. Consumiste mi apetito, sacié tus culpas y mentiras, respiraste profundo y
te fuiste como el secreto del perfume de rosas, en ese momento el silencio
aturdió mi cabeza y tu nombre se volvió un anagrama. Y todo concluyó cuando te
lavaste con agua todas tus culpas dejando dudas y preguntas entre las sábanas
de mi cama y el idioma de la ausencia que dejará tu partida.